La moto Rat Bike, o moto de supervivencia, (como también se le conoce) quizás sea, de Harley Davidson, la custom menos promocionada. Sin embargo, es muy posible que todos aquellos que seamos moteros o amantes de las motos custom, desde edades tempranas, hayamos tenido una. Yo soy uno de esos casos. De hecho, en el garaje de mi casa, aún tengo parqueada mi moto custom rat bike Harley Davidson.
Para nadie es un secreto que las motos custom de Harley Davidson no son precisamente baratas y quizás fue por eso fue que comenzaron a aparecer las rat bike. La moto custom por excelencia. A continuación sabrán el por qué de esta afirmación.
La moto custom por excelencia
Quizás al inicio no fue así. Sin embargo, en estos momentos, ese aspecto viejo, oxidado, sucio y remachado, son unas de las características principales de esta vertiente custom. De hecho, otra de las formas de reconocerla, son las partes, piezas y adiciones de otras motos o equipos. No por gusto, a estas custom también se les dice moto de supervivencia.
Déjenme aclarar que la moto custom de supervivencia puede ser una rat bike, pero no necesariamente a la inversa. La condición de superviviente de la rat bike se debe a que, si al armarla, no tienes las dos ruedas iguales, no importa. Lo imprescindible de estas motos custom es que funcionen, no que sean estéticamente hermosas o simétricas. Tienen que ser lo suficientemente funcionales para estar en la carretera la mayor cantidad de tiempo posible y al menor costo posible.
Para lograr esto, muchos moteros adaptan partes y piezas que no fueron hechas para ellas, o para cualquier otra. Cada motero o constructor de estas motos, la va armando pieza por pieza, parte por parte, a medida que las consigue, adapta o fabrica. Por estas razones, entre otras que explicaremos a continuación, es que afirmamos que las rat bike son las motos custom por excelencia al ser personalizadas en su totalidad.
Rat Bike, la moto custom con corazón
Las diferencias entre dos o más motos custom cualquiera, del mismo tipo, nunca serán mayores a las de dos rat bike escogidas al azar. Esto se debe a que cada creación es única. Sí, creación. Cada rat bike es creada por su dueño, su artista. Ellas poco a poco se van transformando en las obras de arte finales.
Con cada pieza colocada, el dueño/constructor/artista va admirando cómo queda. Prueba su funcionamiento y admira la obra en su totalidad. En cada una se ve reflejada la personalidad del constructor. Este analiza qué más necesita para salir a la carretera. Qué más haría falta para hacer la moto custom rat bike perfecta.
Algunos no se detienen, incluso, cuando la moto arranca y funciona a la perfección. No. Aún se puede mejorar. Eso piensan todos aquellos que han armado una rat bike. Del mismo modo debió haber pensado Da Vinci al pintar la Mona Lisa, Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, Freddy Mercury cuando compuso Bohemian Rhapsody o Cervantes al terminar su Don Quijote. Porque sí, como toda moto custom, a las rat bike «siempre se les puede mejorar algo».
A ojos de cualquier extraño o desconocedor de las motos custom, las rat bike pueden verse feas, extrañas, viejas, incluso hasta surrealistas. No obstante, cualquier amante de ellas, podrá admirar la belleza oculta tras cada capa de óxido, pintura, remache, soldadura o adaptación. Como en cada obra de arte, el artista imprime su alma, entrega su corazón durante la creación.
Al mirar una rat bike, verás el alma, la esencia, el corazón de un verdadero amante de las motos custom. El amor hacia una rat bike, es amor del verdadero. Por esa razón, a pesar de tener otras motos, mantengo la mía en un lugar especial del garaje y en mi corazón.